Freelance. Del 82. Cada día con menos pelo en la cabeza.
California. Año 1848.
Una esfera brillante llamó la atención de aquel tipo con pelo cano. Reposaba en el fondo del río. Brillaba como lo hacen las cosas importantes.
Fue un accidente. Aquella roca resultó ser oro.
¡Oro! ¡¡¡Oro!!!
La noticia corrió como la pólvora. Siete meses después del descubrimiento, el pequeño pueblo californiano se cubrió de lonas. Allí acamparon 300.000 personas. Trescientas mil, el triple que en Andorra.
Batearon. Sudaron. Movieron la tierra sin descanso para dejar atrás la dura vida del campo.
¿Se hicieron ricos?
Sólo uno.
Samuel Brannan.
No fue el hombre que encontró la primera pepita. De su frente no cayó ni una gota de sudor. Lo que hizo Brannan igual te parece una genialidad o todo lo contario:
Compró todas las palas de San Francisco para revendérselas a los acampados. Así es como se hizo rico.
Jodidamente rico.
España. Año 2024.
Isra es copy, copywriter. No vende servicios. No limpia pescado.
Hace lo mismo que Brannan, pero adaptado a nuestros tiempos.
Es una venta de palas 2.0.
Cuidado aquí. Esto no es una crítica. Isra es un maestro de la persuasión.
Si lees sus textos, te empujará hacia su datáfono. Sin dudar. Después, te agarrará del pelo y restregará tu cara contra el teclado.
Hay dos problemas y un aprendizaje.
Los problemas:
Me preocupa más el punto 2. Lo veo a diario. Funciona así:
Esto no es culpa de Isra, como no fue de culpa de Brannan. Ambos, tipos espabilados y millonarios.
Tampoco es culpa tuya si has caído en sus redes y no sabes qué hacer a partir de ahora.
El aprendizaje:
La persuasión y el copywriting funcionan como agua en el desierto si quieres vender cursos, libros o calcetines usados en Wallapop. Pero para que funcionen debes cumplir esto:
Casi todos fallan en lo anterior.
Casi todos, incluyendo a los que ofrecen servicios de copywriting.
En toda esta historia sólo hay un dato incorrecto.
¿Samuel? ¿Isra? ¿Las palas?
Nada de eso.
El dato es Copywriter Andorra.
¿Soy copy? Sí.
¿Ofrezco servicios de copywriting? También.
Pero no soy andorrano. No he pisado la ciudad en mi vida. Ahí está el "fallo".
Te explico:
Vivo unos kilómetros al oeste de Andorra. Aquí desayunamos cachopo, bebemos sidra a horas prohibidas y tratamos a la gente de puta madre. No somos vascos, pero casi.
Un día, un cliente andorrano me dijo:
"Álvaro, no te imaginas la cantidad de gente que me pregunta por servicios de Copywriting en Andorra. Aquí las pasan putas para encontrar copys. ¿Quieres que te recomiende?".
Bingo.
Pedí que me recomendara a todos sus contactos andorranos. Ese mismo día abrí esta web para ofrecer mis servicios de copy a la gente guapa de Andorra.
Así empezó esto. Para posicionarme en Go og le como copywriter en Andorra y para ayudar a emprendedores que igual compraron palas y no supieron qué hacer con ellas. O que contrataron a copys compradores de palas. Es lo mismo.
Este no es el juego del trilero.
Que intente posicionar copywriting en Andorra y colársela a un gigante tecnológico que factura once (11) cifras anuales con su buscador no implica que vaya a colártela a ti. De gilipollas no tengo ni un pelo. Ni uno.
Posicionarme en Andorra como copy es una oportunidad. Nada más.
Vendo persuasión y redacción top.
Ahora viene lo importante:
Don Mariano Rajoy Brey pronunció una frase que jamás se irá de mi cabeza:
"Son emprendedores, hacen cosashh".
Sublime. Cuánta razón tenía Mariano. Hacemos cosashhh.
Yo, como buen copy andorrano, hago esto:
Todo eso está bien. En realidad, no escribo para eso. Escribo para que otros puedan jugar al golf los lunes a las 11 de la mañana.
O pasear por la orilla del mar viendo cómo avanza la vida.
O tirar bolitas de pan a las jodidas palomas.
Si quieres eso, escríbeme.
PD: Lo de las palomas es opcional. Yo también las odio.
PD2: Uso las técnicas de copywriting de los padres de la persuasión: Claude Hopkins, John Caples y David Ogilvy. Aprender de los padres es mejor que aprender de los hijos. Eso pienso.
PD3: Que seas andorrano no es imprescindible para contratarme. Pero la gente de Andorra sabe lo que quiere, suelta la tarjeta con alegría y no da problemas. Si eres así, igual podemos trabajar juntos.